sábado, 11 de agosto de 2018

Otoño

ayer encontramos a los gatos en mitad del parque,
se acercaron y buscaron calor
al rededor de nueve farolas
bajo tus piernas

has decidido recoger las pocas cosas que aprecias
y alquilar un piso en el carretera oscura
donde otras almas como la tuya
se mezclan y pasan desapercibidas,

una dimensión en esta dimensión
pero una dimensión donde las otras
dimensiones no existen y es solo
un pequeño plano de una intensa
eternidad

pero quise decirte que no podremos
ser aquellos gatos con sus farolas,
ni comportarnos como aquellos
a los que alimentamos con la mano

el dolor es más satisfactorio
el dolor es incluso de donde nacen
las cosas posteriormente placenteras

¿cómo diferenciar la alegría del silencio el placer del sacrifico la suerte el destino el talento la mentira los cimientos de la sociedad la prensa…

y estos gatos, por ejemplo
nos recuerdan un abandono:
la madre de todas las criaturas
que estuviesen gozando
o pasando sed
o cubiertas de polvo y ciegas
en profundas inexploradas cuevas

la humanidad esta consigo misma
y con sus espíritus,
el campo está lleno de jóvenes hombres
recogiendo la fruta de temporada,
en los puertos lujosos transatlánticos
hacia Riviera Maya,

se escapan nuestros hijos de casa
para estar con sus parejas a solas
y hablarles del amor que no nos muestran
desde hace años,
malditos niños
les quisimos tanto;
los gatos también nos lo recuerdan

las cosas malas son así desde el principio
y estuvimos nosotros desde el comienzo
cuando el pecado capital era ir armado
con la voluntad del paraíso,

no es coincidencia la mala suerte
es la virtud de la desgracia,
pero aún nos queda este pequeño plano
donde cada día se abren de brazos las formas sin cuerpo
y al tocarnos nos levantan
y hacen que sigamos girando
por si nos cansamos en un momento
haya un soplo de fuerza en nuestro rostro
para los momentos en que los cuerpos
cayesen con un peso infinito /

me pasé la tarde pensando:
no llegó el otoño tal cual lo recordaste
dijiste algo pero esto es otra cosa,

ya no pienso en las piscinas que habrán quedado sin mantenimiento
semanas después del final del verano

hay algo distinto en este otoño
que no me recuerda a nada /

Sergio Carrión

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